¿Cómo debe ser la nutrición en el adulto mayor?

Nos sentamos a platicar con la maestra Olga Alvarado sobre la nutrición en el adulto mayor. ¡Esta es una entrevista que no te puedes perder!

¿Por qué debemos preocuparnos por la nutrición en el adulto mayor?

Sencillamente porque nutrición y prevención van de la mano. Somos una cultura mucho del placer y no pensamos en la nutrición como un factor de la prevención. Así pues, acudimos con el geriatra sólo cuando ya nos está doliendo algo. Pero hay que considerar el tema de la vejez como un proceso de aceptación. He visto que hay mucho rechazo hacia el proceso de envejecimiento, por lo que somos más reactivos que preventivos.

Sin embargo, con una actitud preventiva, no tendríamos por qué tenerle miedo a envejecer.

¿Qué quiere decir ‘correcta nutrición’ en el contexto del adulto mayor?

En cada etapa de la vida, tenemos necesidades nutricionales distintas. Sin embargo, también vamos formando hábitos con el tiempo, así que es un reto adaptarnos conforme nuestras necesidades van cambiando.

Hablando específicamente de personas mayores, ellos necesitan que sus huesos y sus músculos estén fuertes, pues es esencial para evitar la fragilidad y conservar la movilidad, algo que ustedes en Abuelo Cómodo conocen muy bien.

Una correcta nutrición significa darle al cuerpo justo lo que necesita. En el adulto mayor esto significa, principalmente, mayor aporte de proteína, hidratación adecuada y alimentos ricos en vitamina D y ácidos grasos omega-3 que retardan el deterioro cognitivo.

¿Cómo se aborda la nutrición en el adulto mayor?

Primero hay tener un panorama del caso. Por ejemplo, necesitamos hacer un chequeo, analizar parámetros en sangre y además pasar tiempo con la persona responsable para entender los hábitos. Si el adulto mayor ya no puede alimentarse por su cuenta, el éxito de una dieta depende del cuidador.

Pero la nutrición en el adulto mayor no es sólo ver los resultados de laboratorio. También tenemos que llevar a cabo pruebas de funcionalidad, como su equilibrio y su estado cognitivo. Estos exámenes me permiten indagar si debo referir con otro especialista.

En lo que se refiere a dieta, necesito saber:

  • Qué acostumbra comer
  • Cómo están sus dientes
  • Qué tipo de comidas le gustan
  • Si puede alimentarse por su cuenta
  • Si tiene algún problema gastrointestinal

Una prueba que es importante para diseñar una dieta personalizada es la densitometría, pues hay muchos casos de osteopenia, que es la pérdida de la densidad ósea y la antesala de la osteoporosis.

También debo considerar el consumo voluntario de la persona. Es común que el adulto mayor ya no quiera comer. En estos casos, puedo recurrir a suplementos y dietas con más densidad energética, de modo que puedan darle a la persona lo que necesita en raciones pequeñas.

Según las necesidades de la persona, se le diseña una dieta específica.

¿Qué diferencias hay entre una dieta para un adulto y un adulto mayor?

Puesto que el adulto mayor tiende a perder músculo, el aporte de proteína es fundamental. El paciente geriátrico necesita más proteína que la persona que lo cuida, por lo que no deberían tener la misma dieta.

Asimismo, la hidratación es fundamental, ya que con la edad se puede perder la sensación de sed; además, los adultos mayores beben menos para evitar las visitas frecuentes al baño. Pero tenemos que entender que un aporte inadecuado de agua conduce a problemas en la piel y a infecciones en riñones y vías urinarias. 

En lo que se refiere a las grasas, un mayor aporte de ácidos grasos omega-3 es beneficioso y se relaciona con un menor deterioro mental.

Un buen ejemplo de cómo debe comer el adulto mayor es la dieta mediterránea. El tema es que muchas veces no se consiguen los ingredientes o no son parte de nuestra cultura. Para solucionar este problema, estamos promoviendo dietas con un perfil similar pero con ingredientes más afines a la comida mexicana.

Por ejemplo, la dieta mediterránea se caracteriza por vegetales y frutas, pescados y mariscos, lácteos como los quesos maduros y aceite de oliva.

Nosotros podemos consumir pescados como el atún, la tilapia, trucha y el salmón, lácteos como el requesón y jocoque, en vez de aceite de oliva, incluir aguacate en la dieta, pues es fuente de grasa buena. Las verduras frescas y de temporada podrían ser nopal, tomate, espinaca, acelga, lechuga y muchas más; éstas varían en cada región, siempre se pueden conseguir.

Debemos recordar que la intolerancia a la lactosa es muy común en México. Si este es el caso, hay que buscar otras fuentes de proteína, como pueden ser las de origen vegetal, como almendras, cacahuates, nueces, semillas, leguminosas (lentejas, frijoles, garbanzos) y alimentos a base de soya como el tofu.

¿La proteína puede ser de cualquier origen?

Lo mejor para la nutrición en el adulto mayor es que la proteína provenga de vegetales, lácteos y pescados. De optar por el pescado, es bueno elegir los que también tiene un buen aporte de omega-3 como las sardinas, los arenques, la trucha y el salmón.

¿Existe una dieta vegetariana o vegana estricta para el adulto mayor?

En el adulto mayor, no es ideal privarse de proteínas de calidad como el huevo, el pescado y los lácteos. Aunque, si alguien opta por llevar una dieta vegetariana o vegana estricta, un especialista debe monitorear que no existan deficiencias y es muy probable que sea necesario incluir suplementos.

¿Cuál es el manejo nutricional correcto de un adulto mayor con obesidad?

La obesidad se define de manera muy estrecha. A veces, limitamos el diagnóstico a un número, como el peso o el índice de masa corporal. Es importante considerar que, gracias a la cultura de las dietas, la pérdida de peso se considera algo positivo, pero puede ser algo muy negativo en el adulto mayor, ya que casi siempre viene asociado con un proceso de sarcopenia.

Así pues, más que centrarse en la obesidad, hay que tomar en cuenta los hábitos, favorecer una dieta apropiada para sus necesidades y fomentar la actividad física.

Si estos requisitos se cumplen, es posible perder peso en el adulto mayor, pero sin sacrificar masa muscular.

¿Qué se hace con el polo opuesto, es decir el paciente sarcopénico? ¿Qué expectativas deben tener los familiares?

Mucho depende de las enfermedades subyacentes. Pacientes en los que se ha logrado controlar las enfermedades se pueden recuperar bastante. En ocasiones, las interacciones medicamentosas limitan lo que se puede hacer a través de la alimentación.

La nutrición es importante pero no podemos darle todo el protagonismo. Es un pilar para la salud, pero los hábitos, la higiene del sueño y las enfermedades subyacentes tienen un gran impacto en el resultado final.

¿Cuáles son los peores hábitos, hablando de nutrición en el adulto mayor?

Consumir comida procesada pues, a pesar de su conveniencia, tiene demasiada sal y los ingredientes no siempre son los mejores.

Otro hábito que daña la salud del adulto mayor es no tomar un enfoque preventivo y sólo acudir al médico cuando algo ya va mal.

Otro factor cultural que daña en gran medida la salud de los mexicanos es la mala hidratación. Somos uno de los países más refresqueros del mundo y esto rompe por completo el equilibrio nutricional. Las consecuencias las pagamos en la tercera edad: diabetes, mala dentadura y mala hidratación.

El abuso de la carne roja es otra cuestión cultural. Muchas personas mayores creen que una comida no está completa a menos que incluya carne. Además, somos muy repetitivos con las comidas, sin embargo la variedad de alimentos es un regalo de la naturaleza para nuestro bienestar.

¿Qué consejo le darías a quien cuida de un adulto mayor para cuidar la nutrición de su ser querido?

¡Hay que comer fresco y variado! Es comprensible que muchas veces no tenemos tiempo de preparar los alimentos nosotros mismos. Sin embargo, existen servicios creados por nutriólogas que entregan las comidas a domicilio. Implica un mayor gasto, pero es una opción que remunera a la larga, gracias a su enfoque preventivo.

Hay personas que no sienten un gran entusiasmo por preparar la comida. En estos casos, una buena estrategia es cocinar todas las raciones de la semana en un solo día. Es una manera de comer casero, con higiene y, además, de ahorrar.

A veces creemos que los alimentos enlatados o congelados no son saludables. Sin embargo, los vegetales que se congelan en su punto de mayor frescura, conservan la gran mayoría de sus propiedades.

¡Comer sano no quiere decir comer complicado! Por ejemplo, los menús que elaboro para mis pacientes no llevan más de 20 minutos de preparación.

Por otro lado, muchas personas ya están hartas de siempre comer lo mismo y por ello no quieren cocinar. En estos casos, inyectar un poco de variedad con alimentos nuevos en la dieta puede ser la solución.

Todo depende de los gustos, las posibilidades de cada paciente y de sus cuidadores.

¿Cuál es el mejor lugar para conseguir los ingredientes más frescos y sanos?

Cuando el tiempo aprieta, voy al supermercado. Sin embargo, cada que tengo la oportunidad, voy a la central de abastos para obtener frutas y verduras, pues los productos son de temporada, están más frescos y más baratos. En algunas zonas del país, como en la Ciudad de México, cada colonia tiene su mercadito y ahí es fácil encontrar ingredientes de calidad a buen precio.

¿Cuáles son los tres hábitos más importantes que puede adoptar el adulto mayor para prevenir y sanar a través de la nutrición?

Definitivamente la hidratación, dejar el refresco y no usar azúcar añadida. 

Volver a la cocina de la abuela con muchos ingredientes frescos y abundancia de verduras.

Respetar los horarios de comida para evitar la inflamación constante del intestino.

¿De qué se trata esta inflamación constante del intestino?

A veces se le llama intestino roto y se refiere a que no tenemos las bacterias intestinales que necesitamos. De hecho, hay una relación muy estrecha entre el intestino y nuestro estado emocional. Las bacterias buenas del intestino secretan neurotransmisores como la serotonina. 

Algunos de los alimentos que consumimos, llamados prebióticos, son favorables a estas bacterias, como los alimentos ricos en fibra y vegetales como la cebolla. La constante inflamación ocurre cuando no tenemos las bacterias correctas, lo cual puede ocurrir por exceso de carbohidratos, algunos conservadores o aditivos de los alimentos procesados y el uso excesivo de antibióticos.

¿Qué podemos hacer para mejorar las bacterias de nuestro intestino?

Los alimentos fermentados, como el kéfir (búlgaros), son muy beneficiosos. La recomendación es consumirlos en ayunas. Los fermentados son aptos para el adulto mayor. Incluso quienes son intolerantes a la lactosa pueden consumirlos, pues las bacterias benéficas ya han procesado la mayor parte de la lactosa, que es la que causa las molestias intestinales. Protegen contra la gastritis, colitis, el reflujo y estreñimiento. 

¿Existen los alimentos milagrosos?

No. A veces escuchamos cosas como: «si me como 22 almendras al día puedo desintoxicar mi hígado». Esto no es así. Si no tenemos buenos hábitos, no hay un solo ingrediente, ni un té, ni un licuado, que pueda corregir todos los problemas nutricionales, especialmente cuando los malos hábitos ya se han arraigado durante años.

¿Algún otro mensaje que quieras dejarle a los lectores de Abuelo Cómodo?

La comida es también placer y es muy importante compartir con los demás; así como era antes, cuando todas las comidas eran en familia. Cuando no nutrimos nuestro estado emocional, pueden venir alteraciones como la depresión, la cual tiene un impacto negativo en la salud del adulto mayor. Sentarse a comer y a convivir es una gran receta.

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Agradecemos a la Mtra. Olga Alvarado su valioso tiempo y que haya compartido sus conocimientos con nosotros.

Mtra. Olga Alvarado
La maestra Olga Alvarado obtuvo su grado en Nutrición y Ciencia de los Alimentos por la Universidad Iberoamericana.  Posteriormente, estudió su maestría en Investigación de la Salud (UAC) y alcanzó la especialidad en Nutrición Gerontológica.

Con este perfil único, la maestra Olga ayuda a los adultos mayores a alcanzar una salud más plena a través de la nutrición, además de dedicarse a la docencia.

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Escrito porAbuelo Cómodo

Abuelo Cómodo tiene como misión transformar el cuidado de los adultos mayores en México. Con un enfoque en ofrecer precios accesibles, Abuelo Cómodo diseña y fabrica ayudas de movilidad de alto impacto para familias mexicanas.

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