La importancia de la movilidad en el adulto mayor

Perder movilidad es parte de envejecer, esto conlleva cambios drásticos en el estilo de vida de un adulto mayor que, de no manejarse adecuadamente, afectan su salud. Sigue estos consejos para fomentar el movimiento de tus seres queridos.

Cuando nuestros seres queridos pierden movilidad, aunque sea de manera temporal, también pierden su independencia, lo que tiene un inmenso impacto en su psicología y su autoestima. Esto también afecta a sus familiares; parece que de pronto todo se junta: enfermedades, cuentas de hospital y una tormenta de emociones.

Con tantas preocupaciones, solemos olvidarnos de las cosas más simples. Algo tan elemental como preguntarle a nuestro ser querido si puede realizar una actividad por su cuenta, en vez de asumir que no, puede marcar toda la diferencia. Este tipo de intervenciones, llamadas de bajo costo y alto impacto deberían tener prioridad y, no obstante, son las primeras en descuidarse.

Fomentar la movilidad en el adulto mayor tiene un efecto positivo en todas las áreas de bienestar que puedas imaginar. Abuelos que se mueven:

  • Conservan su independencia por más tiempo, lo cual mejora su estado de ánimo y disminuye la carga que recae en el cuidador.
  • Mantienen su tono muscular, flexibilidad y agudeza sensorial, lo cual a su vez previene caídas.
  • Facilitan las actividades de cuidado diario.
  • Tienen menor riesgo de úlceras por presión y todo tipo de padecimientos que vienen asociados a la inmovilidad.
  • Participan más en las actividades de la vida diaria, lo cual disminuye la soledad y el riesgo de depresión.

¿Cómo y cuándo se pierde la movilidad en el adulto mayor?

Con el paso de los años, es normal que vayamos perdiendo habilidades. 

A partir de los 30 años, perdemos del 3 al 8 % de nuestra masa muscular cada década y se estima que hasta el 50 % de los adultos mayores de 80 años han perdido tanta masa muscular que puede afectar su movilidad significativamente (English et al., 2010).

Además, nuestras articulaciones ya no tienen la misma capacidad para lubricarse y, si abusamos de ellas durante nuestra juventud, seguramente alguna nos dolerá.

El colágeno es la proteína que le da elasticidad a la piel, a tendones, ligamentos y articulaciones. Cuando envejecemos, el tipo de colágeno que podemos producir no es el mismo que el de los jóvenes. Por este motivo nuestra piel se llena de arrugas y somos menos flexibles.

Finalmente, nuestro organismo tiene un capacidad menor para sanar y recuperarse, por lo que es normal que no podamos realizar actividades que antes nos parecían la cosa más fácil.

Sin embargo, muchos adultos mayores encuentran la manera de mantenerse activos a pesar de los cambios fisiológicos inherentes a la vejez; se trata de abuelos que, aunque se mueven menos, siguen estando llenos de vitalidad, tienen un propósito y conservan su independencia.

Envejecer no es sinónimo de inmovilidad

Detrás de la pérdida de la movilidad en el adulto mayor que conduce a dependencia casi siempre hay una de las siguientes causas.

Deterioro de las articulaciones 

Como ya vimos, es normal que las articulaciones del adulto mayor duelan en mayor o menor medida. Sin embargo, hay ciertas enfermedades degenerativas que pueden disminuir la movilidad de manera dramática. La artritis es la más relevante de éstas.

– Pérdida de la masa muscular (sarcopenia)

Después de los 30 años, es normal que perdamos un porcentaje importante de masa muscular cada década. Uno de los secretos para preservar la movilidad con el paso de los años es hacer todo lo posible para mantener nuestra musculatura.

Aunque hay abuelos que optan por el gimnasio, realizar tareas del hogar es la mejor manera de mantener los músculos activos. Por este motivo, debemos fomentar que los adultos mayores cuiden de sí mismos y evitar crearles dependencia por un prejuicio de nuestra parte.

La pérdida de la masa muscular viene acompañada de muchos problemas como la pérdida del equilibrio, la coordinación y la agilidad. Esto genera un círculo vicioso: abuelos inactivos pierden musculatura todavía más rápido, lo cual engendra a su vez más inmovilidad.

– Enfermedades crónico-degenerativas

Diversas afecciones como la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y la demencia senil, puesto que causan dependencia, también se asocian a una pérdida importante de la movilidad. Sin embargo, otras enfermedades crónicas como la diabetes, si no se manejan de manera adecuada, pueden robarle al adulto mayor su independencia.

– Accidentes y las caídas

Son la causa más común por la que los adultos mayores pierden movilidad. Hay cientos de causas por las que un abuelo puede sufrir una caída, desde un descuido hasta un medicamento que le produce mareos.

Las estadísticas son preocupantes, 1 de cada 4 adultos mayores sufre una caída cada año y 1 de cada 5 de estas caídas causa una lesión grave que deviene en hospitalización (CDC Injury Center, 2021). Las caídas son una importante causa de muerte entre los adultos mayores. Además, un abuelo que se ha caído es muy probable que se vuelva a caer. 

Una caída que lleva a un abuelo al hospital puede causar un mal mayor: la parálisis de las piyamas, que es cuando se pierde la movilidad temporalmente, pero este periodo encamado se alarga y la movilidad nunca se recupera.

Medicamentos

Algunas medicinas pueden ser causa de inmovilidad si tienen efectos secundarios como mareos, náuseas o debilidad. Usualmente, el gerontólogo puede ajustar el régimen de medicamentos para aliviar estos problemas y recuperar la movilidad.

– Depresión y otras afecciones psicológicas

Las emociones negativas y la soledad pueden sumir al adulto mayor en un círculo vicioso de inmovilidad. A veces, todo comienza cuando el abuelo se percata de que ya no puede hacer sus actividades favoritas. Puede ser que sus amigos y familiares comiencen a morir, y sea víctima de la soledad.

Es común que los adultos mayores pierdan la motivación para salir, asearse y realizar tareas en el hogar. La depresión es un problema de salud mental serio y requiere atención profesional. La psicología del adulto mayor se descuida con demasiada frecuencia, ya que no se puede apuntar a una causa física obvia.

También debemos de tomar en cuenta la pérdida de la memoria y las facultades mentales.

– Mal diseño del entorno

Un entorno mal pensado les roba movilidad a los adultos mayores. Por ejemplo, como es normal que un abuelo tenga movimientos  más lentos, algo tan común como cruzar una calle se convierte en una odisea, por el simple hecho de que los tiempos de los semáforos no toman en cuenta a nuestros queridos adultos mayores. Muchos de ellos adoptan la actitud de «No quiero ser un estorbo» y prefieren renunciar a sus actividades diarias. En estos casos, sillas salvaescaleras, bastones y andaderas bien diseñados pueden marcar toda la diferencia.

En Abuelo Cómodo somos especialistas en la movilidad del adulto mayor, conoce aquí todas las alternativas que tenemos para cuidar de ti y tus seres queridos.
Pablo Medina

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Escrito porAna Ceballos

La Doctora Ana Ceballos es una reconocida médica geriatra con más de 20 años de experiencia en el cuidado de personas mayores. Se ha especializado en la atención de adultos mayores y en el apoyo a sus cuidadores y familiares. La Doctora Ceballos es conocida por su compromiso, dedicación y empatía hacia sus pacientes y sus familias.

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